En el año 1926 España adquirió de la casa inglesa Vickers - Armstrongs, junto con las 18 piezas de 38,1cm, la patente para fabricar, además de los cañones antiaéreos de 10,5cm, 50 unidades de los de 15,24cm, modelo 1923, denominados en el argot artillero como "quince veinticuatro" y bautizados oficialmente como los 152,4/45 calibres. Esta adquisición obedecía al plan de artillado de baterías de costa de 1923 siendo la encargada de su fabricación la Sociedad Española de Construcción Naval ubicada en Reinosa (Cantabria) desde ese mismo año y hasta 1952.
Las características de estas piezas eran las siguientes:
La instalación de estas piezas requería, además, infraestructuras especiales para su emplazamiento y alimentación de munición ya que se situaban en barbetas provistas con dos ascensores de proyectiles para cada cañón, donde la carga en estos elevadores se realizaba en dependencias situadas un nivel por debajo y de espaldas a la costa. El interior de la pieza también estaba comunicado con el nivel inferior mediante el orificio central de la barbeta provisto de una escalerilla de mano y sus respectivos túneles por donde circulaba el cableado de la misma.
En Cartagena fueron artilladas cuatro baterías, con cuatro unidades de estas piezas cada una, para la defensa de la base naval de la ciudad:
- Calibre: 152,4mm.
- Alcance: 21.600m.
- Velocidad: 915 m/s.
- Peso del proyectil: 45kg aproximadamente.
- Cadencia: 4 disparos por minuto.
- Peso del tubo: 8738kg.
- Longitud del tubo: 7,86m.
Los cañones de La Parajola jugaron un papel fundamental el 7 de Marzo de 1939 cuando uno de ellos hizo blanco en el buque "Castillo de Olite" en el momento que trataba de huir tras adentrarse en el puerto de Cartagena y ser rechazado por los disparos de la Batería de San Leandro. El barco acabó hundiéndose frente a la costa cartagenera, llevándose la vida de sus 1.477 tripulantes, en la que fue la mayor tragedia sucedida durante la Guerra Civil.
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