Vickers de 38,1cm (381/45)

Durante la década comprendida entre los años 1920 y 1930 España compró a la casa inglesa Vickers - Armstrongs 18 unidades de los cañones más potentes y modernos existentes en aquella época. Eran cañones de 38,1cm, modelo 1926, que se denominaron como Vickers de calibre 381/45 y que eran capaces de mandar un proyectil, de casi una tonelada, a más de 35 kilómetros de distancia.

Las características de estas piezas eran las siguientes:

• Calibre: 381mm.
• Alcance: 35.100m.
• Velocidad del proyectil: 762 m/s.
• Peso del proyectil: 880kg aproximadamente.
• Cadencia: 1 disparo por minuto.
• Longitud del tubo: 17,6m.
• Longitud del ánima: 17,1m.
• Peso del tubo sin mecanismo de cierre: 86 Toneladas.
• Peso del cierre: 1,6 Toneladas.
• Sector de tiro horizontal: 360º.
• Sector de tiro vertical: desde -5º hasta +40º.

Estas 18 unidades se repartieron para la defensa de las tres principales bases navales del país, con dos piezas en cada emplazamiento:

• 8 unidades en la Base Naval de El Ferrol:

- Batería de Campelo Alto (desartillada entre 1940 y 1941)
- Batería de Prior Sur (desartillada en 1997)- Batería de Lobateiras (desartillada en 1997)
- Batería de San Pedro (conservadas)

• 6 unidades en la Base Naval de Mahón:

- Fortaleza de la Mola (conservadas)
- Batería de Favaritx (desartillada entre 1942 y 1943)
- Batería de Llucalary Alaior (conservadas)

• 4 unidades en la Base Naval de Cartagena:

- Batería de Cenizas (conservadas)
- Batería de Castillitos (conservadas)

Las primeras baterías en recibir estos cañones fueron las de El Ferrol, seguidas por las de Cartagena y finalmente las de Mahón.

Para el emplazamiento y montaje de semejante tecnología militar, la más moderna de la época, hubo que construir diversas infraestructuras como caminos y puertos y hacer uso de maquinaria especial para el transporte de las piezas que formaban estos impresionantes cañones.
En Cartagena (ver el Mapa de Despliegue Vickers de 38,1cm), además de los caminos de acceso que llevan a las posiciones elevadas para su emplazamiento en Cenizas y Castillitos, se construyeron sendos puertos para la descarga de estos cañones provenientes de Inglaterra mediante transporte marítimo. Como prueba de ello aún se conservan los pequeños muelles de Portman y la Azohía, construidos para esta finalidad. El transporte ascendente por tierra se realizó a través de raíles desmontables por los que se desplazaba una máquina locomóvil que funcionaba con vapor de agua y que se bautizó con el nombre de "La Cotorruela".

En uso de estas piezas también exigía unas condiciones especiales para su emplazamiento ya que la maquinaria y salas de motores de las mismas se situan tres niveles por debajo del "carapacho", que es la parte visible superior donde se asienta el cañón, por lo que hubo que realizar excavaciones faraónicas para la construcción de los túneles de acceso, salas de máquinas, repuestos, almacenes de munición...

Estas piezas también obligaban a hacer uso de vagonetas para el transporte de los pesados proyectiles, de casi una tonelada, por lo que se hubo de construir una red de raíles, para la circulación de las mismas por el interior y exterior de las baterías donde se encontraban.

Hoy en día tan sólo tres cañones de aquellos dieciocho iniciales, y que aún hoy siguen siendo las mayores piezas de artillería en España, se encuentran en servicio, y son los de las baterías de Campelo Alto y Favaritx que fueron desmontados de estos emplazamientos originales en la década de los años 40 para ser trasladados a la Batería de Paloma Alta, en Tarifa (Cádiz), donde se encuentran actualmente. A pesar de que fueron cuatro los cañones trasladados, el tubo de uno de ellos se rompió en el desembarco por lo que finalmente tan sólo se pudieron montar los otros tres.